El otro día en un encuentro con emprendedores (que conocen muy bien lo difícil que es ponerle nombre a nuestros emprendimientos) me topé una vez más con la pregunta ¿Por qué se llaman Simio?
Lo primero que me salió responder fue algo parecido a un pitch pero esta vez intenté dar una explicación diferente y, como era de imaginar, me enredé.
Siempre nos enredamos cuando queremos explicar cosas que tienen poca explicación desde la razón.
El nombre Simio surgió una mañana cuando observaba un collage original de mi amigo Federico Duarte. Algo me fascinó de ese arte. Enseguida me surgió la palabra Simio y me quedé enganchado con su fuerza, con su facilidad para pronunciarlo, con sus pocas letras, y en como hacía referencia a ese collage con cierta elegancia.
Y se produjo la magia. El Simio y yo ya éramos inseparables.
Luego vinieron otras interpretaciones: que formamos parte de un mundo audiovisual en constante evolución y que para nosotros cada nuevo proyecto es un Simio que debe atravesar un proceso hasta evolucionar.
Que nuestro trabajo es precisamente eso: acompañar a cada Simio hacia su verdadera evolución.
Pero otra vez vuelvo al pitch.
Podría decir también que nos llamamos Simio porque jugando con las palabras, un día descubrí que me gustaba que el nombre contuviera la afirmación «SI» y la palabra «MIO»
Claro que Simio es mi primer proyecto como emprendedor lo cual me generó una linda sensación de epifanía.
Podría decir varias cosas, de como jugamos con la idea de evolución audiovisual y de ser un eslabón más en esta cadena y otras elucubraciones.
Pero prefiero quedarme con la idea de aquel amor a primera vista, la fascinación frente al collage, eso que se me hacía difícil de explicar y que aún hoy me cuesta decir.
Seguramente, tendrá que ver con las emociones que no buscan poner nombre al por qué de las cosas.
PD: Si te gustó el Simio hay mucho más de este arte digital de Federico Duarte en ATTACK THE ROBOTS